Enfrentando la discriminación desde la medicina
Estadísticamente, 6 de cada 10 estudiantes egresados de medicina se encuentran en el desempleo, uno de cada 10 pertenece a la comunidad Lésbico-gay, pero no se aceptan o reconocen como tal socialmente debido al creciente miedo al rechazo y la pérdida del empleo, afirma
Un día como cualquier otro, mientras se encontraba buscando un empleo en el que pudiera ejercer su profesión de médico general, Gwen se dio cuenta de que existía una barrera que aún no podía pasar: ser aceptada como una mujer transgénero que tiene una profesión.
La “transición” es el proceso de adoptar una identidad social y personal que corresponde al sentimiento propio de una persona respecto de su propio género, el cual puede o no incluir la intervención médica, cambios en los documentos legales y la expresión personal.
Judith Butler, precursora de la teoría Queer y autora del libro “El Género en disputa. Feminismo y la subversión de la identidad”, señala que la “transgresión” o identidad de género refiere a la vivencia interna, sensaciones privadas y experiencia subjetiva de un individuo sobre su propio género.
La sola idea de que una mujer transgénero o transexual tenga una formación profesional, de la cual pueda ejercer aún no es asimilada por la sociedad.
Cada ciclo escolar, cerca de mil 400 estudiantes de medicina logran concluir la carrera, es decir el 10% de los que inician
La doctora Bello sentencia que mucho de sus colegas, al no asimilar la doble condición con la que vive, prefieren “invisibilizar” su parte transgénero. “Para ellos soy ‘pasable’ como mujer, solo que debo de hablar más femenino”, concluye.
El género “normativo” basa sus principios en los contextos ideológicos y sociopolíticos, que contempla al colectivo transgénero en un espacio marginal.
Las mujeres transgéneros, al igual que otras personas, son capaces de realizar diversas actividades, asimismo pueden desempeñarse profesionalmente. Sin embargo, la sociedad aún no se encuentra preparada para asimilar los cambios que trajo consigo la entrada del nuevo milenio.
ello.
Así es el día a día de la Médico General Gwendoline Bello, egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien afirma que su condición de transgénero y su formación profesional no eran un obstáculo hasta el momento de buscar un empleo.
“Si acudes a alguna entrevista de trabajo y tus documentos no concuerdan con tu expresión, muy difícilmente te contratan”, expresa Bello, quien además aún debe lidiar con la exclusión social y discriminación de una sociedad que puede ser muy crítica con quienes considera diferentes.
La “transición” es el proceso de adoptar una identidad social y personal que corresponde al sentimiento propio de una persona respecto de su propio género, el cual puede o no incluir la intervención médica, cambios en los documentos legales y la expresión personal.
Judith Butler, precursora de la teoría Queer y autora del libro “El Género en disputa. Feminismo y la subversión de la identidad”, señala que la “transgresión” o identidad de género refiere a la vivencia interna, sensaciones privadas y experiencia subjetiva de un individuo sobre su propio género.
“Lamentablemente no se puede homologar toda la documentación. Los diplomas, reconocimientos o constancias de eventos que aportan valor curricular no se pueden cambiar y por lo mismo no pueden ser ingresadas en la historia curricular”, sentencia.
“Las mujeres transgéneros sólo puede ser estilistas o trabajadoras sexuales”
La sola idea de que una mujer transgénero o transexual tenga una formación profesional, de la cual pueda ejercer aún no es asimilada por la sociedad.
Para la feminista Itzell Gallardo, el imaginario social asocia la figura de la transexualidad o transgénero a las actividades sexuales o trabajos relacionados con la moda, estilismo y comercio informal.
El médico es una figura de respeto y admiración. Muy poca gente logra terminar una carrera, en especial las personas transgéneros, en muchos casos el acoso escolar y la falta de oportunidades son los factores que inducen a la deserción escolar.
Cada ciclo escolar, cerca de mil 400 estudiantes de medicina logran concluir la carrera, es decir el 10% de los que inician
La labor médica ha sido, desde tiempos remotos uno de los oficios que más ha marcado a la sociedad por dos cuestiones: la primera, por representar una figura de autoridad y la segunda por estar cargada de estereotipos sociales.
La doctora Bello sentencia que mucho de sus colegas, al no asimilar la doble condición con la que vive, prefieren “invisibilizar” su parte transgénero. “Para ellos soy ‘pasable’ como mujer, solo que debo de hablar más femenino”, concluye.
El género “normativo” basa sus principios en los contextos ideológicos y sociopolíticos, que contempla al colectivo transgénero en un espacio marginal.
Las mujeres transgéneros, al igual que otras personas, son capaces de realizar diversas actividades, asimismo pueden desempeñarse profesionalmente. Sin embargo, la sociedad aún no se encuentra preparada para asimilar los cambios que trajo consigo la entrada del nuevo milenio.
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