México, un lugar (In)seguro para la comunidad LGBT


En un país como México, donde la inestabilidad política genera el incremento de violencia en las calles, ¿Es normal sentirse inseguro en lugares que deberían ser seguros?

Si nos ponemos a pensar en que los índices delictivos se han incrementado en los últimos años, debido a muchas causas, que pensarías si supieras que, los crímenes cometidos hacia la comunidad LGBT son principalmente por la orientación sexual y por su forma de vivir.

Aunque parezca que esto no tiene nada que ver con la violencia en la que el país se ha ido sumergiendo, algo es completamente seguro: A la comunidad LGBT se les mata por “no encajar en el ideal social que la sociedad ha construido”.



El pasado mes de junio se llevó a cabo la 41° marcha del Orgullo LGBT, teniendo como slogan: Ser es resistir. Y efectivamente, en la actualidad la comunidad se encuentra resistiendo a los constantes actos discriminatorios, a los ataques cada ves más frecuentes de violencia que terminan en crímenes de odio.

El más reciente, el ocurrido el pasado fin de semana en la conocida Zona Rosa de la Ciudad de México, en la que un hombre homosexual fue sacado de un bar y golpeado hasta la muerte por “cadeneros” del establecimiento, Los hechos ocurrieron a unos metros de la sede de la Secretaria de Seguridad Ciudadana ubicada en la Avenida Florencia, en la Alcaldía Cuauhtémoc.

Solamente como dato, durante el pasado sexenio, al menos 473 personas LGBT fueron asesinadas en México por motivos relacionados a la orientación sexual o la identidad y expresión de género, esto dado a conocer en un informe de la ONG Letra ESE.

En dicho informe, se da a conocer que el estado de Veracruz es la entidad con mayor número de asesinatos LGBT, con 43, seguido por Guerrero con 39, Quintana Roo con 33, Estado de México con 30, Chihuahua con 28, Puebla con 27 y Tamaulipas con 25. De los cuales el 51% de esos asesinatos han sido en contra de las mujeres trans.



La Ciudad de México, aquel lugar donde aún se conserva la burbuja “utópica” de seguridad para la comunidad LGBT, poco a poco se ha ido convirtiendo en otro sitio más donde, la inseguridad ha penetrado las zonas de esparcimiento. Aquella CDMX en donde en 2009 se convirtió en la primera entidad del país en aprobar las uniones civiles entre personas del mismo sexo.

Aquella ciudad cosmopolita y vanguardista en la que la comunidad LGBT se sentía segura, no solo el día del orgullo, sino que se sentía segura los 365 días del año, ahora, tiene que vivir con el miedo y la angustia de no ser victima de un crimen por el hecho de “no encajar” en una sociedad machista.

Tiene que vivir con la impotencia de que la justicia no se hizo para resolver los crímenes de odio por homofobia, transfobia, lesbofobia, y de los cuales uno de cada 10 casos denunciados es seguido hasta dar con los responsables.

Esa misma impotencia de saber que la justicia no se hizo para las mujeres, trabajadoras sexuales, trabajadoras del hogar, campesinos, indígenas…

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