Artículo No. 80: La auto-justicia y sus implicaciones.
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la palabra justicia
como principio moral que lleva a dar a
cada uno lo que le corresponde o pertenece. Definida también como Derecho, Razón
o Equidad, es la facultad que se otorga a las sociedades para hacer valer los
derechos de sus individuos.
Sin embargo, en la actualidad el concepto de justicia ha quedado
desplazado por un nuevo concepto la auto-justicia o justicia por propia mano, que
no es otra cosa que el hecho de hacer vales razones o derechos bajo la propia
fuerza, dicho de otro modo: Que cada quien se haga justicia si el Estado no la
proporciona.
A finales del mes pasado e inicios del presente se dio a conocer el caso
de “el justiciero de la Marquesa” quien
asesino a cuatro asaltantes en el interior de un autobús de pasajeros en el
tramo carretero – México-Toluca, en la zona de la marquesa. Algo que resulta
sorprendente es que en diversas encuestas online sobre si denunciarían o no al justiciero la mayoría – 80 % – comentan
que no lo denunciarían.
Las opiniones respecto a este caso y otros más en donde ciudadanos han
dejado a un lado la pasividad y la esperanza de que las autoridades competentes
garanticen la seguridad y han tomado las riendas
de la situación actual. Algunos aplauden, mientras que otros juzgan y
criminalizan, pero ¿Quién es el verdadero culpable?
Alejados, incoherentes y ajenos, así se encuentras los órganos
gubernamentales cuya función principal es ejercer la seguridad en la sociedad,
¿Qué han hecho últimamente? ¿Se han disminuido los índices delictivos? Me temo
que poco se ha hecho para erradicar un mal en nuestro sistema de gobierno y
seguridad, no es para menos entender por qué nuestro sistema de seguridad y
justicia es de los más corruptos e ineficientes que existen en el mundo.
Ha comenzado a surgir en la sociedad moderna del siglo XXI grupos de
ciudadanos que se organizan para detener a delincuentes, castigarlos públicamente y en algunos casos asesinarlos para
dejarles una lección a quienes sigan esos pasos con la leyenda: lo mismo le pasara a quienes sigan robando,
asaltando o secuestrando.
Finalmente, si bien, por un lado la justicia hecha bajo la propia mano o
con el respaldo de un colectivo – en este caso ciudadanos o vecinos – es vista
como un triunfo y un despertar social que deja en evidencia la incompetencia de
las autoridades, por otro lado ha creado también una nueva ola de violencia
que, me temo que su resultado será la propagación de más violencia, la
normalización de dichos actos y el mofe del poder judicial.
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