Migración: una busqueda de nuevas oportunidades

Durante 2018 y principios de 2019, una caravana de migrantes, principalmente centroamericanos, se dirigía a la frontera sur de México con un solo objetivo: llegar a los Estados Unidos, sin embargo, cuando por fin lograron llegar a la otra frontera, para algunos ese objetivo fue truncado.

Muchos de los integrantes fueron deportados por las autoridades fronterizas hacia sus países de origen, algunos otros lograron cruzar la línea fronteriza y seguir en sus sueños de alcanzar el tan anhelado "sueño americano", pero otros más murieron en el largo camino.

La RAE define la migración como movimiento de población que consiste en deja un lugar de residencia para establecerse en otro país o región, por causas económicas, sociales o culturales, sin embargo, la realidad de la migración es totalmente contraria.

Foto: Cuartoscuro
En su trayecto de más de tres mil kilómetros de distancia de casa, cada integrante de la caravana migrante debe de hacer lo que sea por sobrevivir a un camino lleno de peligros. Muerte, violación, discriminación y vejaciones que además de repercutir en su autoestima, repercute en su perspectiva de vida.

¿Por qué decidir dejar un lugar de residencia y buscar una nueva vida en otro lugar? Para Ludmila Borisovna, la migración es causada por ciertas fuerzas sociales, económicas y políticas que precede claramente al movimiento de población en una secuencia temporal de causa-efecto.

No es por más, que muchos de los migrantes, entre ellos mujeres y niños, son quienes más sufren de vejaciones y violaciones a sus derechos humanos, así como a su integridad física, psicológica y sexual.

Para las mujeres migrantes que salen de sus países de origen en busca de ese sueño americano, existen protocolos de seguridad que han recomendado la Organización de las Naciones Unidas, entre ellas contar con pastillas anticonceptivas en caso de sufrir abuso sexual durante su trayecto.

¿Es una recomendación seria? No se debería de dar esas recomendaciones, cuando se sabe que algo anda mal. El sistema, la política, la sociedad misma sufre en la actualidad de corrompimiento y desgaste.

En su paso por México, la caravana migrante ha visto las dos cara de la moneda social, por un lado grupos de apoyo han extendido su apoyo para brindar seguridad, comida y servicios médicos a quienes lo necesites, otras más se han sumado para recolectar ropa, calzado o medicamento. Pero muchos más han volteado la espalda discriminando y difamando a los migrantes.

Hace unos meses se volvió viral un video en el que una mujer centroamericana despreciaba la comida ofrecida por los albergues que se instalaron en la Ciudad de México, y de pronto comenzaron a atacar y violentar a todos los migrantes, generalizando la xenofobia que impera en el mundo actual.

Sin embargo, el trasfondo va mucho más allá de lo que las redes sociales nos muestran día a día.

No dejemos de lado que todos en algún momento de la vida somos migrantes, así sea dentro de un mismo país, en algún momento buscamos una mejor vida, una mejor oportunidad de empleo, incluso una mejor educación para el futuro.

La xenofobia, ese miedo irracional a los migrantes, es causada por la ignorancia, es fomentada por supremacistas que solo desean copiar un modelo de superioridad racial y, lamentablemente es difundida por las redes sociales sin saber el impacto que se alcanza en esta sociedad hiperconectada.

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