Artículo No. 47: Feminismo. Alerta de Género por Feminicidios en México. Parte 2 de 2

“Cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, debe ser una libertad basada en la igualdad.” Es una frase dicha por la feminista Judith Butler y que sin duda alguna, define lo que han luchado las mujeres durante más de cincuenta años: La igualdad y la Equidad de Género.

Lo anterior refiere a que en primera instancia se debe de cambiar la percepción cultural donde la mujer queda relevada a las labores domésticas y a la crianza y cuidado de los hijos. La Igualdad y la Equidad de Género se basan principalmente en que los hombres y las mujeres son iguales ante la ley, donde tanto puede ostentar un cargo político un hombre, como lo puede hacer una fémina.

El feminicido refiere propiamente al homicidio realizado a mujeres, por cuestiones vinculadas al género. El termino feminicidios fue utilizado por primera vez por Diana Russell, especialista en la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Así pues, en la actualidad al habar de femicidios o feminicidios es hablar de la extrema violencia que es ejercida hacia las mujeres.

El machismo, las costumbres y tradiciones, así como una poca apertura hacia la nueva sociedad del siglo XXI, ha provocado que estos asesinatos de mujeres se vuelvan comunes entre los distintos sectores de la población. Es prudente que podamos preguntarnos qué han hecho los diversos órganos de justicia y protección de las garantías individuales en favor de erradicar o “controlar” estos actos de barbarie.

La Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres define al Feminicidio como “La manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”

Un dato estremecedor es que la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha reportado que de 2007 a 2012 se tiene el registro de mil 909 feminicidios, lo que representa una tasa de 3.2 asesinatos por cada 100 mil mujeres. Lo anterior ubica al país por encima de la tasa mundial de feminicidios.

Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Distrito Federal, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Oaxaca, Puebla y Sinaloa son los estados de la república mexicana con más casos de asesinato de mujeres. En años anteriores se ha declarado la alerta de género en varios de los estados antes mencionados, pero poco o nada se ha hecho para llegar al fondo de las investigaciones.

La semana pasada el Senador Armando Ríos Piter pidió al Secretario de Gobernación que se declare Alerta de Violencia de Género en el Estado de Guerrero por los constantes asesinatos que han ocurrido en la entidad desde 2011 a la fecha, donde afirma que la cifra ha aumentado considerablemente.

En las últimas décadas, México ha ocupado un lugar importante en el análisis de la debida diligencia de los Estados para la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra la mujer, toda vez que dentro del territorio se ha expuesto un patrón de violencia y discriminación en perjuicio de la mujer que involucra desde la cultura patriarcal, a la sociedad y a las instituciones de gobierno.

Es importante mencionar que uno de los principales retos que tiene la sociedad para erradicar estos asesinatos es comenzó a cambiar la cultura patriarcal, machista y misógina en la que hemos vivido durante siglos.

La violencia hacia las mujeres surge como una consecuencia directa de las ideas patriarcales y misóginas que son inculcadas a los niños, donde ellos deben de ser los portadores del alimento, vestimenta y protección de la esposa y los hijos, mientras que por separado a las niñas se les inculca que deben ser sumisas, fieles, “aguantar” a su pareja sentimental y procrear “los hijos que dios les dé”.

En esta lucha constante de reconocimiento mutuo, los hombres deben de estar conscientes que las mujeres también pueden desempeñarse en las múltiples y diversas esferas sociales, políticas, académicas y culturales.


La participación nos corresponde a todos y a todas. Frenar la violencia hacia las mujeres es tarea de dos sectores: el primero corresponde a los órganos de justicia y aplicación de la ley, que en conjunto con el poder legislativo deben de brindar y garantizar la protección de las mujeres; mientras que el otro sector corresponde a la sociedad, dejar de inculcar ideas machistas. Los niños y las niñas deben de crecer en un ambiente de equidad, igualdad e inclusión, donde el respeto a los derechos humanos y a los demás debe de ser prioridad.

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