Articulo No. 63: El “otro” México
En los promocionales, podcast y anuncios en
donde se muestra un México diverso, artesanal y con una vasta cultura por
descubrir, se omite mostrar aquel otro
México, en donde hay desempleo, pobreza, escases de servicios de salud e
inseguridad que azotan varias zonas del país. ¿Qué pasa? ¿Se oculta la otra
mitad de lo que realmente es México?
En un país con poco más de 120 millones de
personas – según la encuesta intercensal de población de 2015 – y donde la riqueza
se concentra en menos de 1%, es sin duda alguna, un Estado con problemas que al
traspasar las fronteras se olvidan o minimizan para no afectar las relaciones
internacionales que maneja el ejecutivo en cada discurso y visita oficial.
Seguridad y Narcotráfico
Raúl Benítez, investigador de la UNAM
menciona que la inseguridad constituye uno de los grandes problemas de México y
que se manifiesta en dos formas: la inseguridad que vive la población y el auge
del narcotráfico, el primero es afectado por el aumento de los delitos,
mientras que el segundo se explica por la incorporación de México a la ruta de
la cocaína proveniente de Colombia y cuyo destino es Estados Unidos.
Lo anterior se ve reflejado en el incremento
de la violencia concentrada en los enfrentamientos entre grupos criminales y
las fuerzas de seguridad. En 2009 durante el segundo sexenio de alternancia
presidencial bajo el estandarte panista, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa
expreso públicamente la “guerra contra el
narco” en donde menciona: El crimen
organizado busca el control territorial, será una guerra sin cuartel porque ya
no hay posibilidad de convivir con el narco. No hay regreso; son ellos o nosotros.
¿Cuál fue el resultado de esa desastrosa campaña? Un incremento
desmedido de violencia y terror en Estados como Guerrero, Michoacán, Chihuahua,
Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Sonora y Sinaloa, así como la disputa de
plazas en distintos puntos estratégicos para los grupos armados.
Ahora, bajo el símbolo priista las cosas han cambiado para empeorar, aunado a la
situación en la que viven millones de mexicanos que ya toman como “normal” ver,
escuchar y leer de decapitaciones, ejecuciones, secuestros, asaltos o robo a
mano armada todos los días.
Indígenas, pobreza y analfabetismo
En un país como México en donde existe una
gran diversidad étnica y lingüística es imposible dejarlos en segundo plano.
Los indígenas representan – junto con las mujeres, discapacitados y minorías
sexuales – uno de los grupos más vulnerables, pues son violentados y
discriminados, sin dejar a un lado el hecho de que se les llega a negar el
acceso a establecimientos o suprimir sus derechos fundamentales.
Lo anterior se encuentra familiarizado con la
pobreza que se viven en las zonas mayoritarias de grupos indígenas, Guerrero,
Oaxaca, Chiapas y Veracruz son los Estados con el mayor número de comunidades
indígenas en sus territorios. Finalmente el analfabetismo aún se encuentra más arraigado
en dichas comunidades por el escaso o nulo acceso a la educación y servicios
básicos para su desarrollo académico y social.
Esta triada
influyen sustancialmente para que se discrimine y estigmatice a estas
poblaciones que son el vivo reflejo de una cultura propia, de un idioma
autónomo que se ha ido olvidando poco a poco, sobre todo en las grandes
ciudades, en donde quienes pueden migran a ellas y estudiar deciden optar por
hablar el español que su lengua indígena por temor a ser excluidos socialmente.
En México hay algo que no ha funcionado bien
en las últimas décadas, hay algo que ha afectado a la ciudadanía en general, un
mal que hay que erradicar para poder crecer como sociedad en múltiples ámbitos.
La democracia se ha ido perdiendo, la justicia ha quedado olvidada y la
dominación de factores negativos han “herido” al país.
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