Artículo No. 65: ISIS. El uso del miedo y terror por parte del califato yihadistas en Europa y Oriente Medio Parte 2/3

A poco más de cinco años de haber proclamado el califato – principalmente en varias regiones de Siria e Irak – el Estado Islámico sigue siendo un desconocido para los gobiernos de distintos países que ven en ello una amenaza real, un desconocido “diplomático” que no existe en el marco de la normatividad legal. Mientras tanto, para otros es un enemigo conocido ampliamente por sus ataques suicidas como los ocurridos en los últimos dos años.

Como otros grupos yihadistas, el ISIS comulga con la doctrina wahabí que realiza una interpretación literal y extremista de los textos sagrados islámicos, ellos defienden un estricto monoteísmo y pretende erradicar toda práctica considerada desviada. El ISIS no solo persigue a las minorías confesionales, sino también a todo aquel que se opone a su proyecto mesiánico. El portavoz Abu Muhammad Adnani ha proclamado en reiteradas ocasiones Si combates al ISIS, te conviertes en apóstata.

He incluso ha declarado que las fuerzas que luchan contra el régimen de Al Assad son el enemigo. También quienes defienden los valores democráticos o comulgan con el nacionalismo, el socialismo o el liberalismo son considerados herejes y se convierten en un objetivo legítimo, puesto que no son leales al islam ni tampoco aceptan la preeminencia de la sharía en los asuntos políticos, sociales y económicos.

Mientras tanto se ha trasladado al corazón de Europa la barbarie con la que han vivido las poblaciones sirias e iraquíes desde hace décadas. Con esta estrategia, el ISIS ha dado un golpe mortal a las sociedades occidentales que han querido gobernar la región del medio oriente por dos razones geopolíticas de gran importancia: los recursos naturales que aporta la región – principalmente petróleo y gas natural -  y el cruce estratégico entre Europa, Asia y África del Norte.

Varios politólogos han afirmados el hecho de que las principales potencias económicas sean incapaces de derrotar a una organización con pocos efectivos en sus filas, reflexionemos y cuestionemos ¿Cuál es la razón por la carencia de estrategias adecuadas para derrotar a este enemigo público poco convencional? O talvez ¿Por qué no han intervenido adecuadamente?
El pasado lunes 18 de julio en el interior de un tren regional que cubría la ruta Treuchlingen – Wurzburgo, un joven de 17 años hirió a cinco personas con un hacha y un cuchillo, el joven, quien fue abatido por la policía alemana era de origen afgano y se encontraba en situación de asilo. El Estado Islámico aseguró en un comunicado al día siguiente de los hechos que el atacante era uno de sus soldados. Confirmando lo que se ha especulado: el terrorismo del ISIS esta en todos los estados de Europa.

Sin embargo, algo que debemos pensar con certeza es el hecho de que las medidas implementadas por los principales gobiernos – Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Rusia y Alemania – han hecho que se incremente la “ola” de terror, sadismo y barbarie que deben de soportar las poblaciones ocupadas por este enemigo que profesa con el extremismo religioso.

No se trata de llevar la fe religiosa a los extremos – tenemos el ejemplo de la iglesia católica en los siglos XIV al XVI en el que la santa inquisición sobrepaso los límites sociales – se trata de crear una sociedad múltiple que se complemente en esa diferencia de creencias e ideologías. Tampoco debemos de tener miedo a las personas que son refugiadas y que profesan creencias religiosas ajenas a la nuestra.


Lo cierto es que el Estado Islámico propaga su ideología con base en el terror, el miedo y la muerte, gana terreno eliminando z quienes se oponen a su creencia. El extremismo y la intolerancia religiosa han convertido a sus adeptos en fieles seguidores no importándoles terminar con sus vidas si a cambio tienen prometido el cielo y la vida eterna…

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