Artículo No. 70: Pedir perdón en México
México, un país que ha sido considerado de los más avanzados – junto con
Brasil, Argentina y Chile – de América Latina y el cual fue durante décadas un
pionero en modernización y vanguardia. Poco a poco se ha ido sumergiendo en un
abismo, en el que probablemente no halla salida. ¿Qué paso con aquel país que
prometía mucho en la segunda mitad del siglo XX?
El pedir perdón en estos días
se ha vuelto banal y ambiguo, ha perdido su verdadero significado. ¿Por qué?
¿Qué tiene que ver esta palabra con México y su historia actual? Se refiere a
la poca o nula percepción de los hechos que han realizado algunos políticos,
funcionarios públicos y personalidades eclesiásticas que se han visto mermadas
por sus acciones.
En lo que va de 2016 han visto la luz episodios que han dejado un sabor
amargo a la sociedad mexicana que ya ha perdido la credibilidad en las palabras
vacías expresadas por los dirigentes nacionales, estatales y municipales. Para
comprender como es que el pedir perdón
resulta la estrategia perfecta para solucionar los problemas que enfrenta la
sociedad mexicana a raíz de llevar al poder solo a una figura creada y dirigida
por arcaicos políticos que buscan solo el beneficio de sus familias.
Durante el mensaje de promulgación de las leyes
secundarias de la Reforma Constitucional para la creación del Sistema Nacional
Anticorrupción (SNA) llevado a cabo en el mes de julio el presidente Enrique
Peña Nieto ofreció disculpas al
pueblo mexicano diciendo: Les pido perdón
por el agravio que les ocasione. El asunto de la llamada Casa Blanca, no solo
lastimó mi imagen y la de mi familia, sino también la confianza de todos los
mexicanos.
Si bien, no solo EPN se encuentra incursionando en
esta novedosa estrategia política para calmar las exigencias de una sociedad
cansada de ver cada sexenio irse por la coladera las promesas de campaña de las
y los candidatos, que una vez en el poder se olvidan de quienes le dieron su
voto de confianza.
Alfredo Castillo, otro personaje del que ya hemos
hablado con anterioridad, a su regreso de la justa olímpica de Río 2016,
expreso que sus acciones fueron una imprudencia y que actuó con frivolidad al
estar acompañado de su pareja en diferentes recintos deportivos, ofreciendo
públicamente una disculpa, así como poner su renuncia sobre la mesa. Pero lo
que parecía que era el fin de su carrera política dentro de la CONADE, solo fue
una ilusión, pues el “presidente” lo ratifico para que siga en el cargo. ¿Fue
correcta la acción? ¿Cuál es la postura de los deportistas y las federaciones?
Finalmente, el pasado 23 de agosto un grupo de
activistas en pro de los Derechos Humanos de la Comunidad LGBT, así como en pro
de la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo en todo el país
se presentaron en el edificio de la arquidiócesis primada de México, todo esto
fue por la postura cerrada de la iglesia en contra de las uniones civiles
mostrado en su semanario desde la fe.
En una primera instancia el Comisionado de Cultura
de la arquidiócesis el padre Álvaro Platanoff, ofreció una disculpa por parte
de la iglesia a la comunidad, si se han sentido ofendidos por las editoriales
del semanario y de los discursos de los jerarcas católicos, mientras que más
tarde, el director de comunicación social el padre Hugo Valdemar contradigo el
discurso de Platanoff, diciendo: No hay
absolutamente ningún trato, ningún pacto, ninguna disculpa, ninguna
retractación y ninguna reunión para el próximo lunes. El padre Álvaro cometió
un acto desafortunado. Aunque en este último la estrategia resulto
contraproducente.
¿Cómo podemos avanzar como sociedad si no se acepta
y asimila que somos diversos, que no siempre es blanco o negro, sino que hay
una multitud de colores en esta sociedad?
Finalizando, se ha creado en estos meses la vaga idea de que el pedir
perdón o disculparse por los actos cometidos será el pase a dejar de ser
señalados.
Deberían de pedir perdón por los más de 25 mil
desaparecidos en México, por los crímenes de lesa humanidad, por los altos
índices de corrupción, por todos los males que tenemos en el país, uno de ellos
llamado GOBIERNO.
DATO: En la constitución política de los Estados
Unidos Mexicano se estipula que si un funcionario público elegido por voto
popular y universal no cumple con sus funciones, puede ser removido de su
cargo. ¿Por qué no hemos hecho valer ese derecho? ¿Por qué no seguimos el
ejemplo de Guatemala o Brasil? ¿Seguirá la población a la sombra de los
gobernantes?
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