Artículo No. 76: México y la Transfobia ¿Qué hay detrás?

Una de las luchas más importantes para la comunidad lésbico-gay a nivel internacional fue la eliminación de la homosexualidad como trastorno mental dentro del manual medico de enfermedades mentales a inicios de los ochentas. Posteriormente se redactaron una serie de principios para salvaguardar los Derechos Humanos de este colectivo llamados “Principios sobre la aplicación de la legislación internacional de Derechos Humanos en relación con la orientación sexual e identidad de género”.
Fuente: Letra S
Los principios de Yogyakarta mencionan que: “la orientación sexual e identidad de género que cada persona defina para ella misma, es esencial para su personalidad y constituye uno de los aspectos fundamentales de la autodeterminación, la dignidad y la libertad”. De misma forma es identificado en el código Civil del Distrito Federal, ahora Ciudad de México. En dicho código se entiende por identidad de género lo siguiente: Convicción personal de pertenecer al género masculino o femenino. Una identidad que es inmodificable, involuntaria y puede ser distinta al sexo original.

México es uno de los países de America que más han avanzado en materia de igualdad y equidad hacia el colectivo LGBT, desgraciadamente se encuentra lejos de ser un país gay friendly. Sin embargo, la capital mexicana se ha declarado en años recientes una ciudad abierta al turismo rosa, dicho de otra forma Gay-Friendly.

Es ahí – la Ciudad de México – donde las personas transexuales pueden tramitar una nueva acta por la reasignación para la concordancia de sexo. Mientras tanto, en el resto del territorio nacional, específicamente la comunidad transexual sigue siendo ignorada, rechazada, estigmatizada y discriminada. Violentando sus garantías individuales y en algunos casos terminando en homicidios donde no hay culpables y se cierra el expediente.

El Conapred en coordinación con el Observatorio de Crímenes de Odio y la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha mostrado su preocupación al ver las cifras alarmantes en lo que va de 2016. Solo por mencionar algunos casos en Veracruz se tiene el registro de 62 homicidios en contra de personas trans.

También entre noviembre de 2015 y junio de 2016 han sido asesinadas tres reinas de belleza, varias trabajadoras sexuales y muchas más. Aquí el verdadero problema es que de cada tres asesinatos denunciados antes el ministerio público existen siete casos más que no son denunciados por dos motivos: el primero porque el hecho de ser personas transexuales es el primer impedimento para gozar de la justicia en el país y segundo porque en algunas ocasiones hay “dinero” de por medio.

No es de menos que México ocupe el segundo lugar a nivel internacional con 229 asesinatos de transexuales en un periodo comprendido de 2008 a 2005, mientras que el primer lugar lo ocupa Brasil con 802 casos registrados, pero ¿Qué pasa con los que no son denunciados? Un factor clave y presente en la gran mayoría de los casos es que las víctimas han sido asesinadas con brutalidad, torturadas y violadas para, posteriormente, abandonar el cuerpo en lugares como basureros, terrenos baldíos o canales de aguas negras.

El colectivo Letra S ha mantenido desde 1995 un observatorio de crímenes de odio, en donde desde ese año hasta 2015 se han contabilizado mil 300 asesinatos de personas LGBT en el país, de los cuales mil 21 casos fueron hombres, 265 transexuales y 24 mujeres. Esto no puede ser representativo, pues se basan en el monitorio de la prensa local y nacional, además de dejar a un lado los cientos de casos que no son denunciados.

El 30 de septiembre en la Ciudad de México fue asesinada una mujer transexual, a pesar de que el culpable fue detenido y de contar con las pruebas suficientes para declararlo culpable. Dos días después el juez a cargo del caso lo absolvió y dejo libre ¿Dónde queda la justicia para los grupos vulnerables?

Tal parece que la justicia solo se ha elaborado y reafirmado para las personas que pueden ostentar “pagarla”, que tienen las influencias para librarse del largo brazo de la justicia o simplemente que la condición sexo-genérica, orientación sexual o identidad de género están exentos de tener acceso a dicha justicia.

La comunidad transexual ha perecido a lo largo de los años, negándoles los derechos que por ley les corresponde. No solo se trata de un simple asesinato o de pensamientos arcaicos como: “Ustedes se lo buscan”, “No son normales”, entre otras. Se trata de personas, de seres humanos que son privados de la vida por el hecho de vivir de forma diferente, por no encajar en el estereotipo impuesto por las normas sociales del siglo pasado.

Fuente: Observatorio de Personas Trans Asesinadas 2016
La transfobia, al igual que la homofobia es fomentada desde la ignorancia y el poco conocimiento de la diversidad sexual. Es recalcada en los centros religiosos que predican un discurso intolerante. Basta de homicidios a transexuales, homosexuales, lesbianas o mujeres. Basta de vivir con miedo. Basta de seguir inculcando miedo y rechazo.

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