Artículo No. 55: Una tradición a la sombra de la inseguridad
En la zona sur de México, existe un pequeño
pueblo situado en la región montaña del Estado de Guerrero, su nombre es Zitlala,
el cual proviene del vocablo náhuatl que significa “Lugar de las estrellas” es ahí
donde cada cinco de mayo se lleva a cabo la pelea
de tigres la cual es en favor al dios de la lluvia para que se tenga una
excelente cosecha de milpa, el cual es el producto principal de la agricultura
local.
Guerrero ha sido un Estado que se ha
caracterizado por la preservación de las tradiciones y costumbres que son
centenarias y que se han transmitido de generación en generación. La pelea de
los tigres, sin duda alguna, es una de esas tradiciones que aún siguen vigentes
esto es debido a dos premisas: A) un alto porcentaje de la población tiene
descendencia indígena – náhuatl y mixtecos – que propicia a la fomentación de
tradiciones y B) la agricultura y ganadería son las principales actividades que
realizan los pobladores de la región montaña del Estado de Guerrero.
Este pasado cinco de mayo, se llevó a cabo
una edición más de dicho ritual, en donde los sucesos previos nublaron el
panorama a tal grado de quedar cancelado, sin embargo, los organizadores del
evento en coordinación con la presidencia municipal lograron calmar la tensión
de los pobladores.
El miércoles pasado, los municipios de
Chilapa y Zitlala se vieron plagados por “supuestos” policías comunitarios que
intentaban recuperar a una mujer que había sido secuestrada en la cabecera
municipal de este último. Todo esto es relacionado a que dicha zona se
encuentra disputada entre dos cédulas del crimen organizado. Algunos pobladores
se encontraban temerosos de que surgiera algún enfrentamiento entre los grupos
armados.
En algunas entrevistas realizadas a
pobladores que pidieron mantener el anonimato, mencionan:
En este año solamente se contó con el arribo
de familiares y amigos de pobladores que tienen a hijos estudiando en la
capital del Estado, así como “contados” visitantes del interior de la
república. También se contó con la presencia de reporteros y fotógrafos de
medios estatales y nacionales que contrastan años anteriores en donde venían a
grabar las peleas para llevarlas hasta Brasil o Estados Unidos.
Cabe recalcar que para un municipio que atrae
turistas por sus costumbres y tradiciones es de suma importancia que sus
autoridades locales trabajen en coordinación en el gobierno estatal para
fomentar y fortalecer el crecimiento económico de dichos pueblos, pero ¿Qué han
hecho nuestros representantes? ¿Dónde quedaron esas promesas de campaña?
Incluso podemos mencionar que para aumentar
los ingresos económicos en el Estado, es necesario que se recuperen lugares
estratégicos a donde lleguen turistas nacionales e internacionales para
disfrutar del folclore y de las tradiciones que se llevan a cabo ahí. Lo
anterior es con lo lamentable de perder el turismo internacional que llegaba al
puerto de Acapulco en los cruceros de temporada.
Es necesario tener en claro que las
tradiciones y costumbres forman parte de nuestra identidad como seres humanos,
incluso el país en si tiene un identidad formada por costumbres prehispánicas y
que han perdurado a lo largo de los años. En el Estado de Guerrero no es la
excepción, sin embargo, la falta de infraestructura, el dañado sistema político
y la pelea de grupos delictivos por el control de zonas ricas en tierras
fértiles para cultivar y cosechar amapola ha hecho que los rituales indígenas
como la pelea de tigres en Zitlala estén agonizando y probablemente en un
futuro solo sea un vago recuerdo de aquel Guerrero orgulloso de sus raíces.
"Pelea de tigres"; Zitlala, Guerrero; Mayo 05 de 2016
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