Artículo No. 58: Presos Políticos en el sexenio Peñista.
Activistas, políticos o ciudadanos han sido
víctimas de abusos de poder por parte de los órganos de gobierno que deben –
según su filosofía – protegerlos, incluso son encarcelados, torturado y
privados de sus Derechos Humanos. Sin embargo, estos no actúan solos, pues
reciben órdenes de superiores, algunas veces de sus jefes directos, en otras la
orden viene desde la silla presidencial y del partido político en turno.
Se considera preso político a toda persona
que es encarcelada o condenada por estar en contra del poder gubernamental
actual. Es decir, quienes se encuentren en contra del sistema que rige en cada
país, puede ser encarcelado. Si a lo anterior añadimos que estar en contra de
una ideología o corriente política puede ser la clave para provocar una
revolución o seguir en la misma conformidad.
Durante estos primeros tres años del gobierno
de Enrique Peña Nieto, aproximadamente 350 personas han sido encarceladas en
penales federales acusados de delitos contra la salud, portaciones de armas
exclusivas del ejército y por crimen organizado, esto se traduce como: presos
políticos.
Estas personas, según un informe que ha
elaborado el comité Nestora libre
antes de ser encarcelados eran luchadores sociales que han querido recuperar
sus comunidades de la sombra del verdadero crimen organizado, han tomado las armas,
mientras que el ejecutivo se levanta el cuello diciendo que en México se ha
ganado terreno en materia de seguridad, salud y empleo.
Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Puebla
– solo por mencionar algunos – son los Estados donde en mayor cantidad se han
detenido a luchadores sociales, bastaría solo con recordar el periodo conocido
como la Guerra Sucia que se vivió en el Estado de Guerrero durante la década de
los sesentas. Hombres y mujeres que se armaron de valor y decidieron levantar
la voz en contra de los gobiernos corruptos que han estado en el poder.
¿Qué paso con ellos? Muchos fueron asesinados
estando aun en pie de lucha, otros fueron desaparecidos, y otros con mejor
suerte fueron encarcelados y condenados. La solución no es llenar las cárceles
con personas que su único delito es levantar la voz, hacerse escuchar para que
el gobierno deje a un lado su esfera de sueños utópicos.
En el tercer informe de gobierno del
mandatario priista, el comité de padres y madres de familia de los normalistas
de Ayotzinapa proclamaron un discurso en el que señalan que en esta crisis
gubernamental, los mexicanos han visto como pasa de todo y lo más alarmante
ejecuciones, persecuciones y encarcelamientos de líderes sociales, asi como
desapariciones forzadas. Esto agregado a que desde el 26 de septiembre de 2014,
cuarenta y tres estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de
Ayotzinapa, Guerrero fueron desaparecidos por efectivos del ejército mexicano
para posteriormente ser entregados a grupos de crimen organizado que operan en
la región de Iguala.
El gobierno debe dejar de estar “cazando” a
personas que hablen mal de su gobierno, si es así, es por su mandato no va por
buen camino, porque da prioridad a cosas que son insignificantes en comparación
con las problemáticas que se viven día a día en los treinta y un estados de la
República Mexicana.
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